Vos lo sabias, pero yo aún no.
Estábamos en un bar junto con más personas por que era mi cumpleaños o el tuyo, ya no recuerdo. Creo que era el mío, porque tenía que irme temprano para volver a San Justo desde microcentro, como si fuesen vidas paralelas sostenidas en franjas horarias. A la noche en San Justo se llevaría a cabo la parte nocturna del festejo, en otro bar, con familiares, otros amigos y otra novia.
En un momento, me acerqué a vos por detrás y te abracé. Volteaste y me besaste fuerte en la boca, con mucho ímpetu. Mientras se desarrollaba el beso (y como al parecer nada puede desarrollarse en mi mente de una manera "normal" o "estándar"), me sorprendió la ausencia de nuestras lenguas. No me había dado cuenta hasta ese beso. No teníamos lenguas. Estaba muy sorprendido de verdad. Me invadió una sensación nueva y rara, como si ese beso fuera una gran bomba de vacío, como si estuviésemos masticando el mismo aire entre los dos.
Cuando finalizamos el beso sentía mi boca vacía, pero podíamos hablar sin problemas. Vos creo que ya lo sabias o era mejor simuladora, ya que no te noté sorprendida. Traté de disimular la sorpresa para no parecer un novato.
La tarde iba avanzando y la hora de emprender el viaje a San Justo se acercaba. Me acompañaste a la parada del colectivo. Estábamos en calma y alegres. Estaba oscureciendo, caminamos de la mano unas cuadras, llegamos a la parada y al ver que aún no pasaba ningún colectivo nos besamos nuevamente. La ausencia de lenguas ya no me sorprendió, pero igualmente se sentía raro, porque todo el tiempo mi mente me mandaba el recuerdo sensorial de cómo debía sentirse un beso, aunque no son todos iguales, pero estos eran "especiales" por demás.