Caro o los ojos de Sanguineti

Una fotografa que se dedica a retratar y recrear ambientes oscuros, recibe una llamada de un fan que la perseguía por mensajes en sus redes sociales. Empieza a sentirse observada y perseguida.
Termina adentrándose en sus propios ambientes donde no podrá encontrar más que un viaje surreal sin salida.

Comienza con una secuencia de fotos superpuestas con música de suspenso, como un sueño.
Caro se despierta y aparecen los títulos de la película y los créditos.

Ese día ella tenía una Sesión de fotos por la tarde. 
Se desata el drama: el sereno que cuida el lugar abandonado donde será la sesión, les abre la puerta, las deja entrar. Las mira con cara de desconfianza y extrañeza. Caro y la modelo encuentran al sereno muerto a cuchilladas luego de tomar la primeras fotos. Ellas encerradas en un lugar tenebroso con alguien acechandolas.

Corren y gritan por locaciones fantásticas en tomas vertiginosas y ángulos surrealistas, buscando una salida. 

Se vuelven a cruzar en situaciones sospechosas y Caro la ataca. Desconfía de la modelo. Caro salta sobre una de ella, le pone la mano en la cara tapando la boca y dejando ver el ojo en un plano cerrado y se asoma la punta de un cuchillo de utileria. 

La modelo se defiende. 
Empiezan a sospechar entre ellas y se matan componiendo una nueva obra en el último fotograma. 

Caro, vencedora y abatida, en el piso arrodillada con un cuchillo ensangrentado en la mano en las penumbras, alguien abre una puerta y la ilumina. Se ve la sombra y se escuchan los pasos de alguien que se acerca. 
Corte.