Distracción

Distracción total.
Destrucción total.
Somos una manada de bichos infelices sumergidos en nuestras propias rutinas. Observando nuestros propios ombligos. Algunos aparentando ver el ombligo de otro para sentirse, falsamente, menos infelices.
La vida que nos obligamos a mantener es una mentira hiperreal. Una ilusión que al final del trayecto no nos dejará nada. Es inevitable. Todo sucumbe ante la nada. No hay escapatoria aparente de eso.
La liberación esta afuera. Afuera de esta ilusión. La cuestión es cómo escapar. Entregarse al inconsciente animal tal vez. Romper quizás con nuestras propias estructuras que verdaderamente son ajenas pero creemos que son nuestras. Entregarnos a la nada para tener la posibilidad de estar más cerca de todo.
No sé.
Creo que no sé.
Creo que debo dejar de pensar para no enloquecer.
A menos que la locura sea la verdadera vía de escape.